“Como miembros del Congreso y exfiscales, creemos que Donald Trump participó en la solicitación o conspiración para cometer varios delitos electorales. Les pedimos que inicien una investigación criminal inmediata sobre el presidente”, escribieron el lunes el congresista Ted Lieu, de California, y la congresista Kathleen Rice, de Nueva York, a Wray.
En una conversación de una hora el sábado, cuya cinta de audio fue obtenida y publicada por el diario Washington Post, el presidente saliente le pidió al secretario de estado republicano de Georgia, Brad Raffensperger, que lo ayudara a encontrar votos para revertir su derrota ante el presidente electo. Joe Biden.
“Así que mira. Todo lo que quiero hacer es esto. Solo quiero encontrar 11,780 votos, que es uno más de los que tenemos. Porque ganamos el estado”, dijo Trump.
Insistió: “No hay forma de que perdiera a Georgia. No hay forma. Ganamos por cientos de miles de votos”.
Los comentarios de Trump son un autoengaño. El conteo inicial, así como dos recuentos, confirmaron que Biden ganó Georgia y sus 16 votos en el Colegio Electoral por más de 11,000 votos.
Raffensperger y su abogado general, Ryan Germany, dijeron a Trump lo mismo: que no podían ayudarlo, ya que la victoria de Biden había sido justa y precisa.
Eso no desconcertó a Trump, quien advirtió a Raffensperger y a Germany que podrían ser considerados responsables penalmente si no podían encontrar una manera de evitar la victoria de Biden en el estado, demostrando un fraude electoral.
“Eso es un delito”, mencionó Trump. “Y no puedes dejar que eso suceda. Eso es un gran riesgo para ti y para Ryan, tu abogado”.
En su carta al FBI, Lieu y Rice acusaron al presidente de violar los códigos penales estatales y federales al exigir que Raffensperger “encontrara” más votos para él.
Parte del código penal de los Estados Unidos establece que es un delito si “una persona, incluido un funcionario electoral, que en cualquier elección para un cargo federal… prive, defraude o intente privar o defraudar a los residentes de un estado de un proceso de elección conducido de manera justa e imparcial, mediante… la obtención, emisión o tabulación de boletas que la persona sabe que son materialmente falsas, ficticias o fraudulentas según las leyes del Estado en el que se realiza la elección”.
Trump hizo precisamente eso, sostienen Lieu y Rice.
“En este caso, Trump, a los efectos de una elección federal, solicitó al Secretario de Estado Raffensperger que obtuviera boletas que se sabe son falsas amenazándolo con ‘encontrar 11,780 votos’”, escribieron los legisladores demócratas.
También acusaron a Trump de hacer “una serie de declaraciones solicitando fraude electoral”, además de pedirle a Raffensperger que “encuentre” el número de votos requerido para revertir el resultado de las elecciones.
En un momento, Trump le dijo a Raffensperger: “No hay nada de malo en decir, ya sabes, que has recalculado”.
En la interpretación de Lieu y Rice, ese comentario también viola el código penal de los Estados Unidos, parte del cual establece que “[ninguna] persona que actúe bajo el pretexto de la ley… deliberadamente fallará o se negará a tabular, contar e informar el voto de dicha persona”.
La carta de los legisladores demócratas también destaca un estatuto electoral de Georgia que responsabiliza penalmente a una persona por fraude electoral si “solicita, pide, ordena, importuna o intenta hacer que [otra] persona participe en” tal fraude.
Instaron a Wray a remitir un caso al fiscal general de Georgia si el FBI encuentra que el contenido de la llamada de Trump viola ese estatuto.
“La evidencia del fraude electoral de Trump está ahora a la luz del día. Se han cumplido los elementos prima facie de los delitos mencionados. Dado los hechos, le estamos remitiendo penalmente para que inicie una investigación sobre Trump ”, concluyeron Lieu y Rice en su carta.
